CONSUELO MERCÉ
Una fuente importante de inspiración ha sido y siempre será la obra de mi abuela. Nacida en Castellón de la Plana, España, se convirtió en la primera mujer de su pueblo en ser médico y llegó a abrir su propia clínica. Más tarde emigró a Estados Unidos para estudiar psiquiatría, profesión que ejerció hasta los 90 años. Mujer de convicción y estatura (mide literalmente 1.47 m), era tan hábil con el pincel como con las palabras, y abofeteaba verbalmente a su familia con una precisión constante cuando nos portábamos mal. A pesar de ello, mi amor por ella y por sus obras de arte ha crecido a lo largo de los años, y he querido destacar su brillantez aquí.
Cuando pensamos en la palabra "gris," generalmente imaginamos algo hosco, oscuro o acompañado de lluvia y algún trueno ocasional. El nombre de mi abuelo reflejaba su personalidad, pero sus obras de arte contenían el brillo y el color que le faltaba a su carácter exterior. Pablo Picasso dijo una vez: "El arte limpia el alma del polvo de la vida cotidiana." En el caso de mi Yayo, el polvo se aferraba a su alma, mientras que su carisma y su luz se trasladaban al lienzo. Médico hasta el final, su estudio sobre el cuerpo redujo su obra a un enfoque en la forma humana. Estoy enamorado de su estilo y su oficio, y espero que al compartir su obra, pueda difundir su brillantez por todo el mundo.